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COVID-19: Un año de reflexión, Parte 2

COVID-19: Un año de reflexión, Parte 2

Media Contact: Karina Rusk
831-759-1843

En este segundo artículo de una serie de dos, el Dr. Mario Cole, MD, especialista en cuidados intensivos y enfermedades pulmonares en Salinas Valley Health, continúa la conversación sobre el impacto de la pandemia en los miembros de la comunidad y en el personal sanitario.

Para escuchar una conversación extensa en ingles sobre este tema con el Dr. Mario Cole, MD, especialista en cuidados intensivos y enfermedades pulmonares en Salinas Valley Health, siga este enlace.

Una “Advertencia” de la Costa Este

Salinas Valley Health tuvo la ventaja de aprender de los hospitales de la Costa Este, dónde COVID-19 primero golpeó más duro. Una cosa que quedó clara fue qué tan importante sería el equipo de protección personal (PPE), así como su colocación apropiada.

Algunos médicos y otro personal sanitario en primera línea tomaron medidas extremas, incluso vivir lejos de sus familias por un tiempo.

“Recuerdo haber leído sobre una doctora en particular que compró una casa rodante y la estacionó frente a su casa porque ella no quería entrar a su casa luego de haber atendido a los pacientes en la Sala de Emergencias. Otros médicos se bañaban por completo en algún otro lugar antes de ir a casa”, declara el Dr. Mario Cole, MD. “Pero la mayoría de los médicos utilizando EPP no lo hacían. Realmente, todos hacían lo que le era más cómodo. A mí me capacitaron unos años antes sobre cómo colocarme el EPP y cómo quitármelo, así que me sentía cómodo con la rutina habitual”.

Lo impredecible de COVID-19

El aprendizaje continuo a medida que el virus se abría camino por todo el condado de Monterey. Una de las más grandes lecciones fue que COVID-19 no se comporta de manera uniforme. Cada paciente tenía que ser evaluado y tratado de manera única dependiendo de su caso.

“Cada paciente estaba demasiado individualizado en términos de cómo nosotros teníamos que cuidarlo; cómo manejábamos el ventilador, con cuánta frecuencia teníamos que ponerlo boca abajo, y cuándo nosotros podíamos ponerlo en posición supina. Eso fue algo que en realidad nosotros tuvimos que aprender”, señala el Dr. Cole.

El personal sanitario también se tuvo que adaptar al desabastecimiento nacional de medicamentos; por ejemplo, al de la morfina. “Nosotros recibíamos una notificación de la farmacia indicando que no podíamos prescribir ese medicamento. Teníamos que utilizar agentes que quizás eran de segundo o tercer nivel, debido a que los agentes de primer nivel ya no estaban disponibles”, añade el Dr. Cole. “Como médicos, estábamos básicamente aprendiendo cómo utilizar diferentes herramientas. Quiero decir, nosotros teníamos las herramientas, pero eran diferentes. Siempre había alguna ligera diferencia que teníamos que aprender”.

Aportación de claridad en las comunicaciones con el paciente y la familia

Los médicos y el personal de enfermería siempre sirven como puente de comunicación para los pacientes y los miembros de familia. COVID-19 hizo que esto sea más difícil ya que había demasiada información errónea circulando. El Dr. Cole y sus colegas tenían que dedicar tiempo a “reeducar” a los miembros de familia o, como mínimo, a corregir o aclarar información que ellos habían reunido de diversas fuentes.

“Esto era algo nuevo. Sabes, yo he sido médico de cuidados intensivos y tengo casi 20 años de experiencia en la medicina. Antes de COVID, yo decía: ´Su abuelita tiene neumonía. Vamos a administrarle antibióticos, y esto es lo que espero, lo que pronosticamos que sucederá´. Así es cómo las conversaciones se daban”, explica el Dr. Cole. “Con esta situación, nosotros estábamos combatiendo demasiada desinformación. La gente buscaba información en internet o hablaba con alguien en el supermercado. Ellos me decían: ´Bueno, doctor, ¿ha considerado intentar con este medicamento? o ¿qué tal si intenta esto?´ Esto fue un reto. Realmente lo fue”.

Vacunas para todos: Un movimiento popular

La mayoría del personal sanitario se emocionó cuando las vacunas estuvieron disponibles. Aunque, no todos en la comunidad estaban de acuerdo en vacunarse. El miedo, la confusión, y la desinformación están nublando los beneficios de la vacuna. El Dr. Cole considera que para superar las dudas se requiere de un movimiento “popular”.

“Créeme, cuando estoy caminando por mi vecindario, paseando a mi perro, y las personas me reconocen, me detienen para hablar sobre la vacuna. Yo tengo estas conversaciones casi todos los días”, comparte el Dr. Cole. “Yo creo que algunos tendrán que conocer a alguien que se haya vacunado y ver cómo es que le va. Sin duda, mientras más veamos a celebridades y a otras personas a la vista del público vacunarse y que les va bien, pienso que será mejor. Pero siempre habrá alguien que se niegue a hacerlo y que puede poner en riesgo a las demás personas”.

A pesar de todo, existe el lado positivo

A pesar de la muerte y la devastación que ha generado COVID-19, el Dr. Cole cree que hay un lado positivo. La pandemia ha generado una conciencia, e incluso una responsabilidad por nuestra propia salud y la de los demás.

“Nosotros viajamos a Japón hace unos años atrás. Al subir a los trenes, me sorprendió realmente no escuchar a nadie tosiendo o estornudando. De vez en cuando, veías a alguien que usaba mascarilla quirúrgica y le preguntaba a mi esposa: ´¿Por qué ellos están utilizando una mascarilla quirúrgica?´ Y ella decía: ´Bueno, es una persona que está utilizando una mascarilla para proteger a los demás´. Quizás eso es algo que podría adoptarse aquí. Si sabes que estás enfermo y que sufres de una enfermedad potencialmente infecciosa, quizás debas utilizar una mascarilla o permanecer en casa. Yo creo que todos nosotros nos hemos vuelto más conscientes de nuestra responsabilidad con los demás y de protegernos”.

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